COMUNICADO DE PRENSA – Concluye el Año Jubilar de la Familia Vicenciana. El mensaje del Superior general
COMUNICADO DE PRENSA
Mañana, 25 de enero, concluye el Año Jubilar de la Familia Vicenciana
El mensaje del Superior general para esta ocasión
“Renovar y profundizar nuestra relación con los Santos, los Beatos y los Siervos de Dios de la Familia vicenciana del mundo entero, como modelos de la espiritualidad y del carisma vicenciano” y “Renovar y profundizar la ‘cultura de las vocaciones’” son las próximas etapas indicadas por su Superior General, P. Tomaž Mavrič, CM en el camino de la Familia Vicenciana, en su carta “En el umbral del quinto siglo del Carisma Vicenciano”, escrita con ocasión de la clausura del 400 aniversario del Carisma Vicenciano. Es un texto a la vez de alabanza y acción de gracias por lo realizado durante este Jubileo, que se clausura oficialmente el 25 de enero; no sorprende que el Superior General haga suya la frase paulina “Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en los cielos” (Ef 1,3), rememorando brevemente las muchas iniciativas que han caracterizado este período, algunas ya realizadas, como el Simposio Internacional de la Familia Vicenciana en Roma, y otras en curso, como la iniciativa global de la Familia Vicenciana a favor de las personas sin hogar (la Alianza global a favor de las personas sin hogar), lanzada oficialmente durante el Simposio en Roma, la peregrinación de la reliquia del corazón de San Vicente de Paúl y, finalmente, otra próxima a realizarse: el festival de cine vicenciano, titulado “Encontrando a Vince 400”, que también se puso en marcha oficialmente durante el Simposio en Roma y se llevará a cabo del 18 al 21 de octubre de 2018 en Castel Gandolfo.
El P. Mavrič espera continuar este viaje de la Familia Vicenciana en el espíritu de San Vicente de Paúl que “respondió cuando le preguntaron lo que hubiera querido hacer de su vida: ‘aún más’”. Por eso, la referencia a los santos de la Familia Vicenciana, a fin de considerarlos como modelos de espiritualidad y carisma vicenciano: para hacerlo, el Superior General de la Congregación de la Misión identifica la ruta propuesta por el resurgimiento del culto y la intercesión a los Santos, Bienaventurados y Siervos de Dios, en primer lugar en su lugar de origen; la organización de encuentros para darlos a conocer, peregrinaciones, celebraciones y oración incesante en favor de la canonización de otros nuevos candidatos a la santidad: sobre “los Santos, los Beatos y los Siervos de Dios […] todos hablan o pueden hablar a los niños, a los jóvenes, a los adultos y a todos nuestros contemporáneos, en este momento de la historia, como modelos de santidad. Ellos son también uno de los recursos para nuevas vocaciones a la vida consagrada o para el compromiso activo de los laicos en las diferentes ramas de la Familia vicenciana, en la misión de Jesús, en la misión de la Iglesia”. Ahí está el segundo punto resaltado por el padre Tomaž, que invita “trabajar juntos por una cultura renovada de las vocaciones”. Explica el Superior General que “Cuando buscamos una explicación de la disminución de vocaciones a la vida consagrada, de la participación activa de los jóvenes y adultos en la vida de la Iglesia y de la fe en algunas regiones del mundo, a menudo salen las razones siguientes: la sociedad de consumo, el materialismo, el individualismo, el egoísmo, la secularización sistemática de la sociedad… Podemos hablar de una ‘anti-cultura de las vocaciones’. Quisiera invitarnos a todos a unir nuestras fuerzas para hacer descubrir a los niños, a los jóvenes y a los adultos de hoy, atrapados bajo la influencia de esta ‘anti-cultura de las vocaciones’, la belleza, el atractivo y el sentido portador de vida de decir un ‘sí’ rotundo en respuesta a la llamada de Jesús”. Este propósito es válido para todo el mundo porque, resalta el P. Mavrič, “la cultura de las vocaciones significa un ambiente en el que toda persona puede descubrir y redescubrir su razón de ser en esta tierra, el sentido de su vida, la misión que está llamada a realizar, la llamada a la que está invitada a dar una respuesta. La cultura de las vocaciones da prioridad a Jesús, ya sea la vocación al estado laico o a la vida consagrada”. La atención vicenciana a este asunto pone a la gran Familia Vicenciana en completa sintonía con el próximo Sínodo, como así lo indica el Superior General en la conclusión de la carta: “El comienzo del quinto siglo del carisma vicenciano nos ofrece una nueva ocasión de intensificar nuestros esfuerzos en favor de una cultura de las vocaciones. Esto se armoniza bien con el tema del Sínodo de los obispos de este año, que tendrá lugar en Roma en el mes de octubre: ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’”.
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Elena Grazini
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